martes, 23 de agosto de 2011

SEIS MESES




Seis meses sin ti.
Seis meses de sentires enfrentados.
La realidad aún golpea mi frente
al abrir la puerta de la
habitación y no encontrarte;
a la par que me alegra el sueño.
No habrá costumbre para ésto, lo sé.
Es mi ilusionada condena.
Mezcla de vacíos y plenitud.
De alegrías y tristezas.
Tan adulta, tan indefensa.
He esperado tanto este momento, y ahora…
Añoro el brillo de tus ojillos al regalar tu hola,
tus pequeñas mentiras,
tus grandes verdades,
tus miedos que fueron míos.
Vuelves a dar primeros pasos.
 Extraña mezcla de dulzor amargo
que soslaya mis vacíos.
Oquedad plena de ti…
Refuerzo los temores,
los deseos de que vueles,
de que vivas tu vida,
a tu manera,
de que seas inmensamente feliz.
Seis meses sin una parte de mí,
y me siento tan bien por ti.


viernes, 19 de agosto de 2011

HOY HE VISTO

Hoy he visto dos monjas besar sus labios
bajo el cálido sol de la plaza de San Pedro.
El camarlengo suspira complacido por tanto amor
mientras la sumo pontífice amamanta a su hijo recién parido.

Los colibríes detienen por fin sus alas, ralentizan
sus ansias por libar y comienzan a observar el mundo con calma.

Mientras, las urracas se transforman en palomas.
Ya no les atrae el brillo banal y estéril;
ya no besan fingido en campaña de promesas no cumplidas.
Ya no llevan por el mar las liebres, por el monte las sardinas.

Los unos desatan a los perros de sus longanizas.
Los otros  consiguen la ansiada cuerda para atar sus
vientres hinchados. Por fin los desesperados esperanzan.

Robin Hoot ya no encuentra motivos, y Alí Babá
no consigue formar su banda entre las cajas de caudales.

Ya los unicornios rascan las barrigas de las ballenas,
allá en lo alto de las cumbres nevadas,
donde culmina el correr del agua y se embalsa
dócil para escuchar y ser escuchada.

El muecín canta su bello adhan desde lo alto del minarete
convocando al salat, mientras los hijos de Judea escuchan
con alegría los cánticos a su mismo dios.

Hoy he visto estas cosas…
hasta que el despertador rompió mi sueño de una hostia.




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viernes, 12 de agosto de 2011

ARDO

Ardo en deseos de correr tus dunas,
de perderme en tus valles,
de saciar mi sed en los humedales
de tu boca.
Ardo en deseos de andar tu mundo,
vivir en cada etapa una vida,
olvidar darle cuerda al reloj.
Ardo en deseos de
amarte después de amarte,
de acariciarte tras los besos,
de hablarte más allá de
nuestro decir mudo.
Ardo en deseos de caminarte de nuevo,
de respirar tus suspiros,
de disfrutarnos al tiempo.
Que mi cuello sienta tus labios.
Que los míos palpen el deseo
tras tu estremecer.
Los susurros.
Las miradas.
Los instantes que pasan
y no quieres dejar marchar.
La música de nuestros cuerpos
a media luz,
a media voz,
a pleno pulmón.
Ardo en deseos de recordar
nuestra próxima noche de pasión.



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jueves, 11 de agosto de 2011

QUE VENGA YA

De mirarme tanto el ombligo ya me pregunta
quién compondrá un réquiem para mí.
Es más, me dice, ¿para qué?
Si nadie habrá que entone un responso.
A mí me da igual.
Ya llevo muerto mucho tiempo y no espero
a nadie en la caja que me acompañe.
Me dolieron tus reproches.
Me destrozaron tus gritos.
Me mataron tus silencios, tu ausencia.
Qué diminuto me siento en este ataúd
que un día fue nuestro hogar.
Qué largos los pasillos,
qué dolorosa tu no presencia,
qué triste la cama al perder tu olor.
Ya pasaron los días de esperar la marcha atrás.
De esperar tu regreso.
De que llenes de nuevo mis sentidos.
De que me inpregnes de ti.
Ya tan sólo espero a que
la huesuda venga a por mí.
Que se acuerde al fin de que ya no vivo.
Que me lleve y se marche tu fantasma de una vez.
No quiero morir la vida sin ti.
No quiero vivir la muerte aquí.




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viernes, 5 de agosto de 2011

ARRIBA, ABAJO

Floto a la deriva cual tarugo seco
mientras la espuma acaricia mi cuerpo.
Floto a la deriva y gaviotas blancas
rompen el azul del cielo.

Arriba, abajo.
Arriba, abajo.

Suave vaivén del agua que
me susurra sus secretos.
Las sirenas hoy no cantan,
y escucho el silencio.
Cierro los ojos y me dejo llevar.
Necesito sentir la muda soledad
por tan sólo un instante.
Reencontrar el mundo, y la paz.
Y llenar mis tinajas de sueños.
Sueños despiertos.
De ojos grandes y vivos;
que abrazan, que envuelven.

Arriba, abajo.
Arriba, abajo.

Mecido veo el sol humillar.
La luna tímida asoma un ojo.
Las aguas oscurecen y besan al
cielo en un rincón allá a lo lejos.
Las estrellas se encienden sin prisa.
El viento se va por no molestar.
Sábanas de burbujas me abrigan.
Y entonces,
por fin…

Arriba, abajo.
Arriba…abajo.




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lunes, 1 de agosto de 2011

AL OTRO LADO DEL CRISTAL

Porto en mis entrañas mil mariposas preñadas
que tiran de mí hacia la luz.
Aquí está oscuro, la negrura me come por dentro;
me deja hueco, vacío, nada soy.
Mi cara plagada de heridas abiertas
refleja mi ansia por atravesar el cristal.
Embriagarme con tu luz cegadora,
estar a tu lado, mi meta final.
Pero, me estampo, y me estampo
y no consigo más que amargor
por verte ahí y no tenerte.
Por sentir tu esquiva presencia
que se place en no darme lo que busco.
El vidrio se vuelve opaco.
Tan sólo mi siniestro reflejo.
La desazón que quema.
Ardo, tiemblo…
y en eso me quedo.
En quereres ciegos,
En mariposas que morirán sin parir.
Siento que reviento y no logro vomitar.
No consigo agrietar el cristal.
No alcanzo a que salgan las palabras
de este capullo de sueños,
que serán devorados por sus propios gusanos.



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