viernes, 12 de agosto de 2011

ARDO

Ardo en deseos de correr tus dunas,
de perderme en tus valles,
de saciar mi sed en los humedales
de tu boca.
Ardo en deseos de andar tu mundo,
vivir en cada etapa una vida,
olvidar darle cuerda al reloj.
Ardo en deseos de
amarte después de amarte,
de acariciarte tras los besos,
de hablarte más allá de
nuestro decir mudo.
Ardo en deseos de caminarte de nuevo,
de respirar tus suspiros,
de disfrutarnos al tiempo.
Que mi cuello sienta tus labios.
Que los míos palpen el deseo
tras tu estremecer.
Los susurros.
Las miradas.
Los instantes que pasan
y no quieres dejar marchar.
La música de nuestros cuerpos
a media luz,
a media voz,
a pleno pulmón.
Ardo en deseos de recordar
nuestra próxima noche de pasión.



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